Tras el reciente brote de E.coli que sacudió los cimientos de los controles sanitarios en la manipulación de alimentos en un país tan reputado como Alemania, los responsables de garantizar la higiene y la asepsia en sectores industriales tan delicados como la cadena alimenticia, nos vemos obligados a preguntarnos si hay que revisar los estándares de implementación de los procesos de limpieza convencionales o si el problema tiene otro origen.[:]
Según el The Cleaning Industry Research Institute de Albany, en Nueva York, la Escherichia coli (E. coli) es un gran grupo de bacterias muy diversas, la mayoría de las cuales son inofensivas. Sin embargo, algunos tipos de E. coli son potenciales causantes de diarreas, infecciones del tracto urinario y respiratorias e incluso pulmonías. Esta bacteria se encuentra a veces en el agua de boca y aunque en sí no es dañina sí que es indicador de que el agua está contaminada.
La presencia de este microorganismo puede deberse a varias razones, siendo obvio que la falta de limpieza apunta a ser una de las causas principales. Dada la gravedad de la situación, cabe preguntarse si los recortes presupuestarios que se están produciendo en todas las partidas de los presupuestos generales de los gobiernos deben ser lineales y afectar por igual a todos los sectores. Seguramente, la respuesta es no, puesto que algunos temas, como son la limpieza en procesos industriales como la alimentación (y también otros) es de vital importancia para garantizar la salud pública y evitar, a la postre, otros gastos que enfermedades como las producidas por bacterias de esta virulencia son capaces de producir.
La limpieza industrial es un aspecto clave en el desarrollo de la actividad económica y social de una comunidad y en el marco dela Unión Europeano podemos bajar la guardia ante la amenaza que relajar los controles y el nivel de exigencia en cuanto a productos, equipamiento y personal se refiere. En estos momentos de delicado equilibrio de la sostenibilidad del sistema, las voces autorizadas del sector debemos implicarnos al máximo y ante todo no bajar los brazos, reeditando, más que nunca, la importancia del trabajo bien hecho.
Nacho Rocafull
Feria de Valencia